1/1/10

SALVADOR

Libre del celo, un gato castrado se vuelve ocioso y aprende a pensar. La puja territorial de los reproductores le provoca indiferencia. también lo que ocurre fuera de los límites de su departamento. Mientras vive, Salvador prefiere recostarse sobre el escritorio, mirar a su dueño que escribe y mantenerse cerca de la música. A veces intercambia sonidos con una gata que duerme en eljardín del edificio, pero no sale a su encuentro. Envejece y muere sin verla. Esa misma noche el espectro de Salvador mira sin nostalgia la ventana de su hogar perdido. La mira desde el jardín, subido a un árbol del cual ya no baja, titilando como una luciérnaga de cien watts. Elbrillo encandila a la gata, la estimula a seducirlo; él la ignora. Quiere sentir el frío de estar muerto al aire libre. Podría proyectarse en otro sitio en cualquier momento, pero el mundo es demasiado grande para su curiosidad.


(A David Fernández que inspiró este relato).